En ocasiones el estado de ánimo no solo influye en los colores que nos rodean en una misma estancia, personalmente pienso que también se deriva a la hora de iluminar ese espacio. A continuación vamos a ver de qué manera.
A continuación nombraremos como iremos pasando durante el día por estados de ánimos más frescos y virales a estados más relajantes y placenteros para nuestra salud.
Sensaciones frescas y limpias como la iluminación natural, como la de una ventana, combinado con colores que proporcionen más iluminación al reverberar la luz en la pared. Tonos claros, eligiendo tonalidades frías, o cálidas.
Luego pasamos a la iluminación artificial lámparas de techo, de sobremesa, apliques de pared, aquí el color de las paredes, no se verá igual que con una luz natural, por lo tanto va a ser más cálido. Y siempre conseguiremos el estado que deseemos proyectando dicha luz en la pared como deseemos.
Y si lo que vamos buscando ya es la tranquilidad, comodidad y relación eso sólo lo consigue la luz de unas velas. Ante eso ninguna luz ni artificial ni natural puede influir. Éste estado simplifica a todos los demás ya que aquí cambia por completo la tonalidad de la pared, y conseguiremos el mejor estado de ánimo habido y por haber.
Espero os haya servido de ayuda esta sección de hoy, y es que si me lo permitís os aconsejo después de un día duro, encender esas velas y abrir una buena botella de vino.
Nos vemos más adelantes con otros puntos muy importantes en la decoración.